Carrusel

¿Sabes de esa hermosa sinfonía?
La que nos guía día a día,
esa tan alegre y sonora
que en nuestros corazones acecha.

Y así es, subimos en el caballo,
y subimos y subimos, estamos en la cima.
¡Pero qué! Ahora sólo bajo.
La música sigue alegre pero yo me ahogo en rimas.

Ya lo ves, vueltas y vueltas. Continuamos.
Subimos y bajamos.
Vuelta otra vez.

Y la música no se detiene,
no se detiene para nadie.
No nos queda otra que agarrarnos a la crin del corcel.
Vuelta y vuelta,
subir y bajar.
Nadie escarmienta,
nadie se da cuenta de la vida,
de este bucle inquieto
que a veces nos hace eternos
y otras, nos hace sentir infiernos.

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