18.

Los utópicos dieciocho

En un cuerpo lleno de señales 

Que indicaban una calle sin salida 

O un laberinto de avenidas. 

Ideales, los sobrepasé

—ya tengo veinte—.

Pelo largo teñido de rojo,

Luego lo corté.

Cada dolor era un peinado 

Y ya he recorrido toda la gama de colores.

Ahora lo mantengo corto,

No me gusta verlo crecer,

No quiero esconderme tras la cortina otra vez.

Ya no llevo brazaletes,

La angustia puede ver la luz de sol

Y no pasar vergüenza.

También el resto de piel 

Que un verano nadó en el mar

con camiseta y pantalón.

Los utópicos dieciocho, 

Que no iban a llegar nunca, 

Pero que ya han pasado

Y he enterrado.

No quiero olvidar pero tampoco 

Estancarme en los catorce

Llenos de paredes y camas blancas,

Bandejas y comida rancia. 

Los maravillosos veinte,

Los próximos veintiuno, veintidós, veintitrés,

Veinticuatro, veinticinco, veintiséis… 

Ya no hay beige,

Esa ventana opaca,

Veo perfectamente lo que me depara.