na(z)ión.
creo que dentro de todo esto
somos figuras coleccionables,
desechables,
prescindibles.
los soldaditos de plomo,
o más bien de acero,
avanzan y nos alcanzan.
creo que el aire está limitado
por aquellos que están arriba
alzando banderas de papel en la cumbre
de una montaña llena de cadáveres.
entre los picos se camuflan
sin camuflaje los poderosos
y los salvajes,
que sacan ojos y tapan bocas.
creo que los pasos están contados
si eres quien yo soy,
la verdad se pinta de bala
y la injusticia de heroicidad,
a veces para tener normalidad
hay solo se puede gritar.
siempre se sabe el final.
nos cosen bocas una y otra vez
hasta quitarnos la boca entera
y luego la garganta
y luego las piernas
y luego el aire
y luego el suelo.
y llega el día tan esperado
pero que nadie se había imaginado
porque los disfraces a veces engañan
pero no a quien abre bien los sentidos.
al final todos los poderosos,
los podridos,
los pasados,
los canallas,
las malas palabras
se desnudan frente aquellos que creyeron.
pero ya da igual,
porque están sin boca,
sin garganta,
sin piernas,
sin aire
ni suelo.
y qué te queda, qué te queda,
si estás encerrado
por pintar el disfraz con verdad.
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