20/10/18
Me levanto a las 5
y con ansia como 400.
Cojo el autobús de las 6
para entrar a clase a las 8.
Paso 6 dando clase (aunque probablemente acabe sacando 4,9)
y más de 1 de vuelta a casa.
Como (quizá) 600
y me explota el corazón
porque necesito quemar 1000
—por lo menos.
Se hacen las 18
y no he quemado ni 2
porque no tengo fuerzas
ni ganas y prefiero leer 22.
Me ducho 15
y a las 21 como otras 200,
para acabar en la cama a las 22
pero no ser capaz de cerrar los ojos
hasta las 0,
porque solamente tengo 19
y ya me estoy muriendo.
Los números me controlan
y estoy cansada de vivir
en una suma permanente.
Quiero despegarme las cifras
de los párpados
y restar dolor diario.
Necesito verme reflejada
sin encontrar de sombra una cuantía.
Y olvidar que eso no me quita valía.
Ruego por no ver más sumas y restas
y divisiones y multiplicaciones
en mis platos y nevera.
No más símbolos
en una inalcanzable etiqueta
que me hagan llorar.
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