Entonces, volví.

La niña que dejó de comer
pero se comió enteros seis años de un bocado.
Cerró los labios y el corazón,
teniendo siempre el miedo tras de sí
y prohibiéndose llorar.
Así haré ver que nada pasa,
nada pasa,
pasa.
Para, le decían, para.
Y un año pasa tras de otro,
la que era niña ya no lo es
y con seis parpadeos se ha perdido
la mitad de su vida.

Se abraza a la mentira y no deja de ser
la misma niña pero unos años más vieja;
las garras siempre arañan por la noche
y ella estaba viviendo en un mundo a oscuras.
Y entonces entre las sombras,
palpando las paredes de espinas
y sangrando por llegar a la luz,
ahí se acaba todo.
Esa parte de ella que
solamente existió esos años se fue.

Entonces vine yo,
que tenía polvo de seis años acumulado.
Entonces, volví a nacer.


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