Dar muerte a la oscuridad.
Hace tiempo que dejé de dibujar
sonrisas a ciegas
y ahora simplemente muestro
risas a modo de auto-reflejo.
Mi coraza se ha endurecido
y mis heridas no están ya más abiertas,
pero la realidad se pierde cuando mis yemas
tocan la soledad que me perfora la garganta
con gritos enjaulados en mis cuerdas vocales.
Me deshago en el recuerdo de la normalidad
y el caminar sin tropezar.
Me enredo en sueños con tus cabellos,
los únicos que me pueden salvar,
mi único soporte a la verdad.
Tengo que ir con cuidado en este campo de minas
porque ya no sé dónde debo pisar.
Solamente la promesa me hace no mirar atrás.
Y algunas noches se hacen cuesta arriba como
en un bosque sin luciérnagas;
no sé que camino tomar.
El pecho se llena de un vacío existencial
y sólo quedo yo y mi promesa.
Yo y esta balanza sin equilibrar.
Yo y ese futuro que me impulsa a la vida.
Sigo paseando a tientas por la cuerda floja
sin saber si caeré de nuevo o no;
pero no me rindo.
No dejo de respirar.
Mi corazón ha vuelto a latir,
ha vuelto a sentir gracias a ti,
y no voy a volver atrás.
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