Nosotros.

Bolsas de ojeras
sobre débiles brazos
y carmín pintado a
retazos.
Las memorias pesan
en cargados hombros,
la sangre no espesa
en los hondos.
Las miradas perdidas,
que lloran demencia
y gritan socorro
por inercia.
La psique en pedazos
con sus trozos, afilados,
se clavan
como si todo hubiera acabado
Rehuyen, de la vida,
del dolor, de las heridas.
Corren lejos del pesar,
que por muchas zancadas,
sigue aquí, sin más.

Imposible, utópico,
querer arreglar,
algo que por siempre
estará roto.


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