Querida y dolida Tierra.

Granadas,
pólvora y heridas,
no hay nadie a salvo,
ya no sé ni porqué ando.

Mentes enjauladas,
almas sin corazón que palpite,
vidas arrebatadas,
guerra en pie en balde.
No hay nadie a salvo,
no sé porqué sigo andando
cuando la humanidad han anulado.
Sangre,  pólvora y explosiones,
no entiendo de raza y religiones,
tan sólo entiende
de enfermedad y carencia de luz;
faltos de sentido matan,
y el día menos pensado podrías ser tú.

¿Paz, aire y blancura?
Solo entiendo de sepulturas,
de cadáveres y lágrimas
que no se detienen
y repiquetean al son
de la metralleta.

Y el mundo se va a pique,
porque ya todos estamos faltos de psique,
faltos de razón,
faltos de corazón.
Y no quiero buscar vidas,
en otro planeta,
cuando mares rojos hay,
y la Sabiduría está desierta.

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