Cenotafio.

Farolas parpadeantes
en una noche oscura
y fría,
solitaria y estremecedora.

Camino a tientas 
por las calles;
puedo oler la putrefacción
y mi muerte asomar
por la esquina.

Voces que no 
vienen de ninguna parte,
pero que atraviesan 
los poros de mi piel
peor que una navaja.

Viviendo en el Hades
pero andando con mortales;
ya hace mucho tiempo 
que nado por la laguna Estigia
esperando que los mundanos
se percaten de mi ida. 

Ojos cansados
con ojeras más profundas
que un pozo sin fondo,
como en el que me ahogué
hace ya tiempo,
y del que ni gritando,
floto. 

Mi alma ya está bajo tierra,
pero sigo mi camino
por las sucias aceras;
esperando el momento o
la oportunidad,
en la que morir en 
la integridad. 


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