Gente.
Entras en mi vida,
te acomodas,
me abrigas,
y luego te vas
dejándolo todo descolocado.
Tú,
y tú también.
Venís,
me ordenáis el puzle
para luego deshacerlo.
Emborrachándome las penas
y la psique,
y dejándome con resaca durante meses.
Resaca de vuestro cariño.
Y ahora solo estamos estas cuatro paredes
y
yo.
Recuerdos e ira.
Ira y anhelo.
Anhelo y furia.
No volváis a pisar mi hogar,
que me ha costado mucho reconstruir sus cimientos.
No me piséis las sonrisas más
que he tardado demasiado en barrer los cachitos de corazón del suelo.
No esperéis más tras mi puerta,
que esta vez está blindada.
Mi alma está cosida
y precavida.
Idos,
yo ya no os quiero.
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