Averno.
Velaré por tu alma cuando no esté
y flores posaré sobre tu tumba.
Cantaré mustias canciones con mi entristecida voz,
para que donde estés me recuerdes.
Me desharé de mi vida al igual que tú
para acompañarte en el final oscuro.
Y así comprenderás que ni la muerte,
ni el Cielo o el Infierno,
nos separará.
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