Hamartía.

Sombras negruzcas
bajo los ojos
reflejan su cansancio
y desmienten su estabilidad.
Cada día es más amargo,
cuesta levantarse y 
pasar de largo,
olvidar esos pecados. 

Su silueta es nítida
aunque otros la consideran 
perturbada,
como las voces que retumban 
en lo más hondo de su alma. 

Es un error fatal,
el seguir sin mirar atrás,
cuando cada recuerdo 
es una espina del 
rosal, que cada vez 
se clava más y más 
como un puñal.  

Imposible olvidar
tus fallos,
los años inundados de 
olvido, 
los días cargados de 
latidos, 
que surgen porque sí 
igual que el aire 
que entra en su cadavérico 
cuerpo. 

Porque sí, 
es un error fatal,
una hecatombe o 
una catástrofe, sin más,
vivir así en un cuerpo muerto,
que pasó a ser carroña,
hace ya tiempo. 

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