Muñeca de trapo.

Siento cómo mis costuras
poco a poco se descosen,
mi relleno está desperdigado,
y los vacíos me invaden.

La máquina de coser se ha averiado
y la fábrica está desierta.
Los hilos que forman mi risa
se desprenden de mí como el llanto
de la niña que ansía tenerme en sus manos.

Necesito ese Gepetto que pintó la sonrisa
a aquel inanimado trozo de madera.
Necesito una razón por la que volver a coser
mi sonrisa.

Y estoy falta de tela, algodón e hilos,
falta de fuerzas.
Jamás llegaré a ser como las otras muñecas.

Ahora mismo tan solo soy un desperdicio de tejidos,
una sonrisa mal cosida,
un cuerpo inerte roto y sin vida.

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