Otoño lacrimógeno.

Caen como lágrimas de mis ojos,
se deslizan lentamente hasta el final.
Tan secas y quebradizas
como mi alma herida.

El frío me hiela el pecho
y lo convierte en escarcha,
tan resbaladiza como mis emociones,
tan impenetrable como mi mente.

Observa las calles colmadas de gente ignorante.
De niños ansiando asistir a clase,
de trabajadores deseando acabar la labor.
Y el gélido tiempo les invade.
Pero inconscientes...
No se dan cuenta
de su alrededor.

Nadie se da cuenta de lo que pasa.
A nadie le importa que haga diez grados o veinte,
cada uno está apoderado por su mente,
a nadie le importa que llueva o haga sol.
A nadie le importa que tenga roto el corazón.

Les da igual que las hojas castañas
desciendan con la misma frecuencia que mis llantos.
Les da igual que esté viviendo medio viva,
que sea un cúmulo de heridas.

Es otoño, pero nos da igual.
Vivimos muertos, pero qué más dará.

Comentarios

  1. ¡Aaay! ¡¡Que mi Siren es toda una poeta!!
    Me ecanta la musica de fondo :3
    ¡¡Te veo mañana chiquiii!! ;)

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